jueves, 13 de febrero de 2014

Más que tolerancia

 Nunca me pareció que el clamor por la tolerancia fuese el "no va más" de la ética. Leyendo a C. S. Lewis empecé a entender porqué.

La tolerancia es una virtud pasiva. Valiosa pero pasiva. El amor, sin embargo, es una virtud activa.

Podemos ser tolerante con aquéllos que no nos gustan. Quizás sea incómodo pero podemos hacerlo con más o menos esfuerzo. Amarlos es más difícil.

Y sin embargo, ése es el mandato de Dios. No solamente tolerar a los diferentes y mostrar nuestra corrección política sino ir activamente más allá.

Incluso en ocasiones estos valores pueden entrar en conflicto; porque para amar a otros quizás no debamos tolerar todos sus caprichos...

El cristianismo definitivamente no es una religión cómoda. 

No nos llamó Dios a la comodidad de la corrección política sino al reto de amar de un modo auténtico.