miércoles, 29 de enero de 2014

Mira este vídeo

Mira este vídeo de Alepo y no dejes caer en el olvido el sufrimiento de Siria. Como ha escrito el arzobispo de Canterbury, el corazón del cristianismo es comprometernos con el Dios que cambia la Historia.



Oh Señor Dios, tu Hijo Jesucristo sufrió y murió por nosotros.
En su resurrección Él restaura la vida y la paz en toda la creación.
Conforta, te pedimos, a todas las víctimas de la intolerancia y a aquéllos oprimidos por sus compañeros humanos.
Acuédate en tu Reino de aquéllos que han muerto.
Conduce a los opresores a través de la compasión y da esperanza a los que están sufriendo.
Mediante el mismo Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.

martes, 28 de enero de 2014

Que nadie se equivoque (II)

¿Se puede ser moral sin tener una agenda moral que respaldar con la complicidad de lo público (el Estado)?

En ocasiones el liberalismo se ha percibido como un páramo moral. Se ha caricaturizado su neutralidad ante determinados conflictos morales como una ausencia de principios. No es así.

Los liberales sabemos que solamente la voluntariedad crea la virtud. No existe una virtud impuesta. Por eso buscamos  las condiciones necesarias para que pueda desarrollarse la vida moral.

Ése es nuestro punto de contacto con el pensamiento conservador: la ley y las instituciones. A través de ellas queda garantizado el ejercicio de la libertad frente a tiranías varias (incluida la tiranía democrática de las mayorías).

En inglés se entiende mejor.

No que los liberales seamos conservadores influenciados por las ideas de la libertad  sino que mucho de nuestro liberalismo puede adjetivarse como moderado, clásico o reformista visto desde una perspectiva histórica. Porque hacemos valer la ley y las instituciones como garantes y vehículos para la libertad, allanando así el camino a la práctica individual de la virtud.



martes, 21 de enero de 2014

Que nadie se equivoque (I)

Con el nacimiento del partido VOX, autoproclamado "de matriz liberal", se ha reabierto el debate sobre el vínculo entre liberalismo y conservadurismo. Muchos partidos políticos conservadores se proclaman herederos del pensamiento liberal. Me parece una buena noticia. De hecho, ojalá los partidos progresistas hicieran lo mismo y sintieran en sus genes el peso de la herencia liberal en lugar del peso del marxismo.

El problema con los conservadores es el mismo problema que con los progresistas (y su defensa zapaterista de los derechos de los "colectivos"). Ambos no entienden la utilidad del liberalismo si no va acompañado de una agenda moral pública. En el caso del conservadurismo, esta agenda incluye ilegalización del aborto, adoctrinamiento nacionalista, etc.

Yo soy conservador en moral, no me duelen prendas en declararme así. Pero mi conservadurismo es "privado". No creo que el Estado deba utilizarse para imponer ni siquiera promover sentimientos nacionales, tampoco estoy de acuerdo en sanciones penales como método de disuasión frente al aborto.

¿Por qué entonces defender unas determinadas ideas políticas? ¿No se trata de alcanzar el poder para conseguir que el punto de vista de la mayoría se imponga sobre el punto de vista minoritario? Pues no.

Precisamente por eso soy liberal y ésa es la gran utilidad del liberalismo, que no alcanzan a comprender los conservadores ni los progresistas. Los liberales trabajamos para que las opciones morales de cada cuál sean respetadas, de forma que yo pueda seguir siendo "privadamente" conservador sin que nadie me lo impida ni nadie se crea con derecho a usar los instrumentos del Estado (lo "público") para intentar cambiarme.

¿Nos deja eso a los liberales huérfanos de un discurso moral? Tampoco es cierto. Rechazamos el moralismo (la imposición moral, sutil o coactiva) pero perseguimos la virtud. Todo nuestro entendimiento de la acción política es una búsqueda de la virtud y del derecho de cada persona a cultivar esa vida virtuosa en libertad. Que nadie se equivoque.


martes, 7 de enero de 2014

Un chico llamado Susi

A veces me pregunto porqué en esta vida nos toca pasar experiencias amargas. Entonces acuden en mi ayuda dos buenos amigos que me ayudan a sobrellevarlas.

El primero es C. S. Lewis: "Si creemos que este mundo es un lugar concebido simplemente para nuestra felicidad, lo encontraremos intolerable; pensar en él como en un lugar de entrenamiento y corrección no es tan malo".

Si no lo acabo de entender (lo que ocurre habitualmente), acude en mi ayuda Johnny Cash.

¡Gracias Johnny por estar ahí!


A Boy Named Sue from Rafa Arencón Edo on Vimeo.